El crear y hacer música nos permite estar presentes,
comunicarnos y compartir con todas aquellas personas que de una u otra forma
resultan importantes para nuestra vida. Algo tan simple como acompañar una
melodía con un pulso musical, por ejemplo, ya establece un espacio de comunicación.
La música, entendida como una experiencia lúdica y de disfrute, permite que se
establezcan relaciones interpersonales satisfactorias en especial si se habla
de un espacio terapéutico.
La música existe porque existe el ser humano y nuestro
objetivo es acceder a la musicalidad innata de nuestros pacientes para así
desarrollar su potencial expresivo, comunicativo y cognoscitivo, a través del
disfrute y la satisfacción para que puedan abrirse a los objetivos
terapéuticos.
¿Qué es la Musicoterapia?
La musicoterapia es una disciplina del área de la
salud que utiliza la música dentro de un contexto terapéutico para restablecer
o mejorar la salud y la calidad de vida de las personas, atendiendo a sus
necesidades físicas, mentales, cognoscitivas, emocionales y sociales.
La profesionalización de la musicoterapia se inició en
el periodo comprendido entre la primera y segunda guerra mundial y experimentó
una gradual validación en el área de la salud durante la segunda mitad del
siglo XX, en paralelo al aumento ininterrumpido en el número de centros y
profesionales dedicados a su práctica. Hoy en día, respaldado por las más
punteras investigaciones en la neurociencia, existe un amplio consenso sobre
los beneficios de la música para el tratamiento de pacientes con trastornos del
espectro autista, Alzheimer, parálisis cerebral o trastornos emocionales, entre
otros.
A grandes rasgos, en musicoterapia existen dos grandes
tendencias, apoyadas a su vez en distintas corrientes de la psicología. Por un
lado, la que podríamos llamar “música en la terapia” que corresponde a la
práctica de aquellos terapeutas que utilizan la música como una herramienta
facilitadora de un proceso curativo que tiene lugar fundamentalmente a nivel
verbal. Por otro lado, la de los que basan su terapia en la misma música, es
decir, aquellos que trabajan procesos terapéuticos desde la misma interacción
musical. Esta aproximación a la terapia es muy adecuada para las personas con
dificultades en la expresión verbal y/o corporal. De ahí, que nuestro enfoque
se base en la Músico terapia Creativa, pues en ésta existe una participación
directa del paciente en la creación misma de los instrumentos lo que le
ayuda a una mejor socialización y en
momentos se convertirá en facilitador de sus compañeros o pares, situación que
puede lograr en él o ella sentimientos de liderazgo, teniendo en cuenta que
ellos son conscientes de que son personas con limitaciones que les generan
necesidades especiales.
¿Qué
definimos como necesidades especiales o diferentes?
Una persona con necesidades especiales o diferentes es la
que requiere una atención constante, tanto de su entorno directo como de un
equipo de profesionales médicos o terapéuticos.
No obstante, como músico-terapeutas entendemos que este
tipo de personas poseen capacidades y potencialidades personales que se
convierten en un elemento crucial para su bienestar y desarrollo. Por ello,
nuestro objetivo es atenderlos en todos los aspectos, para incidir en una mejora
de su calidad de vida, estado anímico, autoestima y ayudarlos en la exploración
de todas sus capacidades tanto motoras como emocionales, para mejorar la
expresión de sus sentimientos y lograr un mayor bienestar.
Germán Sabogal y Martha Cecilia Blanco
“LA DISCAPACIDAD NO ESTÁ EN EL CUERPO; ESTA EN LA MENTE”.